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Oodi – un nuevo concepto de biblioteca

Una sala de estar urbana en medio de Helsinki ¿Te apetece comer, tomar un café, escuchar una charla o montar una reunión? ¿Quieres cocinar, coser, grabar una canción o imprimir en 3D? ¿O prefieres simplemente pasear? Todo esto es posible en Oodi, el espacio común para todos los habitantes de Helsinki.

Y es que la nueva biblioteca central de Helsinki lleva el concepto de biblioteca a otro nivel. Ya lo dicen sus creadores en la web: Oodi es un punto de encuentro en el corazón de la ciudad, un centro urbano, donde todo el mundo puede aprender, experimentar, disfrutar y trabajar.      

Oodi, que se inauguró el año 2018, fue ya desde el principio un proyecto de todos. En numerosos eventos, campañas, páginas web y encuestas se hizo una encuesta para consultar a los ciudadanos de Helsinki qué tipo de biblioteca querían, con qué servicios y espacios. Incluso se consultó el nombre y, entre las 1.600 propuestas recibidas, salió elegido Oodi (oda en español). Una cosa es evidente: este edificio marca un antes y después en lo que respecta al diseño y uso de espacios urbanos.

Oodi está situado en medio de la capital de Finlandia. Foto: Tuomas Uusheimo

La lectura y las bibliotecas siempre han sido una parte esencial de la cultura finlandesa, y ahora, con Oodi, por fin se encuentran situadas donde debe estar, al lado de otros edificios importantes de la ciudad. Sus vecinos son el parlamento (Eduskunta), la casa de la música (Musiikkitalo), el museo de arte moderno (Kiasma) y la casa de la prensa (Sanomatalo), todas ellas instituciones muy destacadas. Pero adentrémonos en Oodi. ¡Allá vamos!   

Parece que en Oodi se hacen muchas cosas que no se les ocurriría hacer a nadie en una biblioteca tradicional. Al entrar, en el vestíbulo, se escucha un ligero sonido de cubiertos, ciertamente muy impropio de una biblioteca. Ese sonido llega del restaurante de la planta baja. Oodi tiene un restaurante, y no es la primera cosa que te va a sorprender de esta biblioteca (si es que se le puede llamar así); más que una biblioteca estamos ante un verdadero centro urbano, ya que el primer concepto se queda corto con este edificio.

El restaurante de Oodi el día de inauguración. Foto: Risto Rimppi

En la planta baja, cerca del restaurante, hay más cosas: un cine, un parque infantil, un auditorio y un espacio con información sobre la Unión Europea, entre otras cosas. Pero continuemos hacia arriba, hacia la zona más interesante de este lugar.   Allí, en la primera planta, en unas grandes escaleras con enchufes incorporados para cargar los teléfonos y ordenadores, puedes ver a grupos de adolescentes que pasan el tiempo con sus compañeros, mientras otros lo hacen en solitario delante de sus pantallas. Más allá, un hombre de avanzada edad cose con una máquina de coser, diversos chicos juegan a videojuegos, una mujer imprime un diseño en 3D, varios grupos de gente hacen reuniones en salas bien equipadas, y muchas personas están estudiando en espacios grandes o individuales. Por si no lo sabías, también hay estudios de grabación y hasta una cocina.

Una impresora 3D. Oodi ofrece mucho más que una biblioteca tradicional. Foto: Jonna Pennanen

Al subir a la segunda planta, con lo que primero te topas es con un aparcamiento de cochecitos de bebé, muy necesario, ya que en el ala que da a Töölönlahti hay una zona infantil. Hay que destacar que en Oodi hay muchos niños: de hecho, parece que la infancia de los niños finlandeses está estrechamente ligada con acudir a las bibliotecas.

En Oodi cuidan los niños. Una sala de lectura en la zona infantil. Foto: Tuomas Uusheimo

A grandes rasgos, esta segunda planta es la que más parece a una biblioteca tradicional, pero, aunque está dedicada a los libros, cuenta con muchos espacios para sentarse a leer, descansar o contemplar las vistas a Eduskunta (el parlamento) y a los alrededores de Oodi.

En Oodi hay unos 100.000 libros. Foto: Ants Vahter

En resumen, Oodi es un auténtico oasis urbano hecho edificio, una oda de primer nivel a la cultura. Después de haber paseado por sus pasillos y rincones, apenas sales a la calle ya deseas volver a pisarla. Esta biblioteca es un grandísimo acierto.

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