Pocas veces mirar el cielo resulta tan asombroso.
Ver la aurora boreal, la diva de las noches nórdicas, es una de esas experiencias que ocurren una vez en la vida. Para ello hay que tener suerte y paciencia. Y mejor ir preparado. ¡Vamos!
Para que podamos ver la aurora boreal tenemos que dar las gracias al sol, y es que ocurre lo siguiente. De vez en cuando, el sol desprende cantidades colosales de partículas y las arroja al espacio. Si, por suerte de los amantes de las auroras boreales, las partículas chocan con nuestro planeta y su escudo magnético, estas se mueven hacia el polo norte, donde al entrar en contacto con nuestra atmósfera, se libera energía que vemos en forma de auroras boreales.
Todo eso sucede a 100 kilómetros de altura, lo que garantiza que el espectáculo se trasmita para una audiencia, en los mejores casos, millonaria. Pero, como siempre, en el mundo del espectáculo de grandes estrellas mundiales, la protagonista suele adquirir maneras de diva. En eso las auroras boreales no son una excepción.
Cuando el sol arroja las partículas, estas necesitan entre uno o dos días para llegar a la tierra, por lo que solo es posible prever las auroras a corto plazo. En esta página de servicios meteorológicos finlandeses hacen un seguimiento bastante bueno del fenómeno. La temporada para verlas dura desde finales de agosto hasta marzo más o menos. Y para cazarlas, cuanto más al norte estés, más probabilidades tendrás. En Utsjoki, el pueblo más septentrional de Finlandia, hay auroras boreales casi todas las noches, mientras que en Helsinki, en la capital, la probabilidad es muy inferior. Además, puede que haya un mes sin ninguna aparición y, de repente, las tengamos cubriendo todo el cielo durante una semana entera.
Pero a pesar de que en el norte de Finlandia se pueden contemplar auroras boreales a menudo, para verlas uno debe tener suerte añadida. El cielo tiene que estar despejado, ya que a través de las nubes no se ve nada. Esta diva de los cielos del norte es difícil de ver actuar, pero cuando veas una actuación de las buenas, quedarás asombrado.Cuando eso sucede, es mejor estar preparado. Las auroras boreales se ven mejor y con más probabilidad durante las noches frías de invierno, y para tener una vista desde primera fila hay que salir, puesto que a través de una ventana el espectáculo no es lo mismo.
Es imprescindible llevar ropa y calzado de invierno adecuado para las condiciones locales. Las temperaturas nocturnas pueden llegar fácilmente a los 30 bajo cero y sin un buen equipaje el espectáculo de las auroras boreales se queda corto. El frío afecta también a la hora de tomar fotos o vídeos. Las baterías se agotan rápido, así que mantén las baterías cargadas y ten un repuesto extra a mano. Una cámara buena con disparador a distancia y un trípode garantizan que las fotos y los vídeos sean de buena calidad para enseñarlos a la familia y los amigos a la vuelta a casa.
